El arte ha sido desde siempre una de las formas que tiene el hombre para representar su mundo, lo que le fascina o le intimida, lo que sueña y vive, a través de sus múltiples formas el artista pone al alcance de los espectadores una parte de sí mismo, deja en cada parte de su obra fragmentos de su realidad; ahora bien, cuando se habla de arte es difícil llegar a un verdadero conceso respecto a que es o puede ser considerado arte pero todos comparten una visón: el arte permite comunicar ideas y emociones utilizando en lenguaje diferente y el cual pude ser compartido sobrepasando fronteras y culturas.
El arte como forma de comunicación y representación del mundo ha sido uno de los medios que las personas con discapacidad han usado voluntaria o involuntariamente siendo muchos los casos documentados de personas con alguna discapacidad que sobresalen en las diversas expresiones artísticas; en los trastornos del espectro autista existe una minoría que desarrolla lo que se ha denominado como talentos sobresalientes los llamados “savtat” lo cual para algunos es sumamente sorprendente debido a las serias dificultades que atraviesan estas personas sobre todo en lo que concierne a la interacción y acercamiento emocional con el otro, muchos de los cuales presentan además del cuadro autista una discapacidad intelectual, no obstante esto nos muestra que aun detrás de su silencio existe siempre algo por descubrir.
Difícilmente se voltea a ver a aquellos que por sus dificultades parecen estar ausentes, es esa precisamente la imagen típica que nos muestran del autismo; un niño aislado, incomunicado y encerrado en su mundo. Escasos son los espacios y momentos en que a estos niños se les da la oportunidad de mostrar que esa imagen puede desvanecerse si logramos ser sensibles a las formas diferentes que tienen para relacionarse o comunicarse.
El arte autista nos permite atravesar la barrera del silencio que existe en esta condición invitándonos a mirar un poco más allá de lo aparente, acercándonos a conocer una forma distinta de ser y de interpretar el mundo brindándonos la oportunidad de compartir un espacio, un momento dentro del mismo lugar.
Psicológa Anahí Martínez
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